La catequesis es un pilar para la educación de la fe. Quiero agradecerte a vos que sos catequista en tu parroquia o en tu movimiento, como también a vos que le enseñas la fe a tus hijos o nietos.
Educar en la fe es hermoso. Por eso estamos llamados a “ser” catequistas y no trabajar como catequistas porque incluye la vida porque se guía al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida. Y esto no es fácil. Acordate lo que decía Francisco: “predicen siempre el evangelio y, si es necesario, también con la palabra”.
Te propongo tres cosas:
1) Tener familiaridad con Jesús, no hay título de catequista, tu título no pasa por un papel impreso con tu nombre. Déjate mirar por Jesús. Te dejo una pregunta: ¿Cómo vivís este “estar” con Jesús?
2) Salir de sí: ir al encuentro del otro, todo lo que recibís lo tenes que dar, da tu fe. El Señor te lleva a salir, estas llamado a ir al encuentro del otro. El amor te atrae y te envía, te atrapa y te entrega a los demás.
3) No tener miedo de ir con Cristo: no tener miedo de salir de nuestras estructuras para seguir a Dios, porque Dios va siempre más allá. Dios va más allá de nuestro esquema. No se entiende a un catequista que no sea creativo. Y la creatividad es como la columna vertebral del catequista. Porque Dios es creativo, no está encerrado y por eso nunca es rígido. Hay que saber cambiar.
Ánimo y a ser catequista creativo y no rígido. Hay que ser cristiano creativo y no rígido. Por último un consejo: es preferible un catequista que se atreva a correr el riesgo de salir, y no un catequista que estudie, sepa todo, pero que se quede encerrado siempre.
Camina desde Cristo y no tengas miedo a lo que se viene.
Padre Luis Zazano