Ahi estabas… nuestras miradas se encontraban ocasionalmente, buscando el consuelo de esa caricia que se da en el silencio y a la distancia.
Ahi estabas… soportando en todo tu Ser el dolor del pecado, el sufrir de la traiciòn, el temor por lo que viene.
Ahi estabas… abriendo tus brazos para que tus hermanos fueran libres.
Ahi estabas, enseñandoles a todos el significado y la dimensiòn de la palabra Misericordia, de la palabra Amor.
Aqui estoy Hijo mio, aqui hoy a tus pies siendo testigo de tu entrega de amor, en silencio escucho tu dolor y lo hago mio.
Se desgarra mi corazòn, se estremece mi alma;pero mi alma sigue proclamando la grandeza del Señor en esta pequeña esclava.
Estar a tu lado es el mejor lugar dònde estar, y ahora que todo se ha cumplido, debo encontrarte en cada uno de los hijos que me has legado.
Escucharé sus corazones, elevarè sus làgrimas al Señor para poder ser el bálsamo en sus fatigas.
Acariciaré sus cabellos y los acunarè en mis brazos en prosperidad y en dificultad.
Te buscaré y te encontrarè en cada uno de ellos, mi amado Jesús.
Con los brazos abiertos, los esperarè para juntos disfrutar la plenitud del Amor.
Ahi estabas Jesús. ¡Aqui estoy, Yo Tu Madre!