Padre, creo firmemente y sin dudar que Tú obras y actúas en mí.
Soy objeto de tu amor y de tu ternura.
¡Realiza en mí todo lo que puede darte aún más alabanza!
No pido otra cosa que tu gloria, esto basta para mi satisfacción y mi felicidad.
Esta es mi más grande aspiración, el deseo más intenso del alma.
Cardenal Van Thuan