“Cuando entré a jugar rugby no había hecho siquiera la Confirmación. Ahora lucharé por ´Él´”. Éstas palabras pertenecen a Ruggero Trevisan de 25 años.
Ruggero era jugdor del club de rugby Benetton Treviso (Italia). El diario La Gazzeta dello sport dió a conocer la buena noticia. Dios eligió, llamó y el joven de 25 años ha dado un sí al sacerdocio afirmando a sus cercanos: “Ahora soy feliz”.
Algunos de los amigos en el Benetton comentaron que lo veían venir, pero no dejaron de mostrar su sorpresa y lamentar la pérdida. “Para alguien que había empezado a jugar siendo un niño, que había construido su vida alrededor de la pelota ovalada hasta convertirse en profesional, esta decisión debe ser profunda” han dicho desde el club.
Ruggero explica su silencio apuntando a que en los meses previos a esta decisión “no podía decir algo pues no sabía si me aceptarían en el seminario. Y entonces yo estaba obligado a guardar silencio. El 05 de septiembre de 2014 comencé el proceso de evaluación. Me imaginaba a mí mismo con el cuello blanco, pero necesitaba tiempo para comprender lo que esto significaba. Así es que yo no se lo dije a nadie, ni siquiera a mis padres”.
Ahora que él dijo a todos, Ruggero Trevisan habla de su elección con calma. Su tono de voz revela la conciencia de la ruta que emprende… “Claro, me doy cuenta que para algunos puede ser una decisión extraña estos días. Hasta hace cuatro años yo no era creyente. Sentía que había algo más grande, pero mis inquietudes se iban hacia otro lado. Cuando niño ni siquiera había hecho la confirmación”.
EL rugby tomó casi todo en Ruggero, desde que era un niño en el club San Dona. Nacido en Latisana (Udine. Italia) en 1990, transcurrieron más de dos décadas hasta que el año 2011 en un encuentro casual con amigos de Comunión y Liberación… “Yo quedé tan impresionado por la relación que existía entre ellos, el profundo interés que tenían por las personas… Así es que cuando llegué al club me puse en contacto con alguien del movimiento”.
Inició así su camino en la fe, gradual, poniendo todo su empeño. Finalmente, de igual forma había madurado en el rugby. El 2012 y sin que fuese algo traumático, dice Ruggero, terminó la relación con su novia. “Simplemente, yo estaba buscando algo diferente. Seguí siendo un profesional, entrenando en serio y tratando de dar lo mejor de mí en el juego. Pero lejos de la cancha hacía trabajo voluntario. Cuidaba de jóvenes, niños, huérfanos que pasaban por la compleja experiencia de esperar la adopción”.
Fue en el vestuario donde el ahora ex jugador se plantó ante sus compañeros para comunicarles, conciso y directo: “Seré sacerdote”. Vittorio Munari, histórico director deportivo del Benetton Treviso, que le conoce bien, tiene palabras afectuosas para Ruggero…. “Es un buen jugador. Pero sobre todo, es un joven puro. Consciente, leal. Creo que estaba madurando su opción desde hace dos o tres años, pero ni siquiera yo lo sabía”.
El camino de Trevisan comenzó el 8 de septiembre en Roma, en la Fraternidad de San Carlos Borromeo. “Durante tres años voy a estudiar filosofía, luego iré por un año a una misión y tras ello tres años de estudios teológicos. Me gustaría ser un misionero. Ahora lucharé por Él”.
Fuente: Camino Católico.org