Evangelio según San Lucas 10,38-42

martes, 6 de octubre de
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Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.

Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”.

Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas,
y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 


P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Diócesis de Rosario

 

 

 

 

 

Hoy la Palabra nos presenta el conocido relato del la visita de Jesús a la casa de Marta y María, Marta ocupándose de atenderlos del mejor modo, atareada en el servicio y casi molesta por ver a Maria que sólo escucha y está con el Señor.

 

Ante el requerimiento de Marta de que le ayuden, Jesús le responde: Marta, Marta, te inquietas y preocupas de muchas cosas y sólo una es la importante, María eligio la mejor parte y no le será quitada.

 

El servicio y preocupación de Marta por atender bien a Jesús y a sus discipulos, es necesaria y muy buena y a la vez atenta de su parte….y la atención que María le presta a Jesús también es buena y a la vez, la mejor, dice el mismo Jesús.

 

Jesús no le dice a Marta que está mal lo que está haciendo, sino que se está olvidando de lo más importante, escucharlo a Él, estar con Él, porque sólo desde allí tiene sentido el servicio, la entrega, el hacer las cosas por y para Jesús.

 

Muchas veces, no se si te ocurre a vos, pero pasa que corriendo y cansándonos por hacer muchas cosas por los demás e incluso para Dios, nos olvidamos del motivo por que lo hacemos, por hacer tantas cosas nos olvidamos de escuchar al otro, de mirarlo y prestarle atención.Y lo mismo nos ocurre con Dios, con Jesús, en el mejor de los casos hacemos y nos esforzamos por hacer muchas cosas para Dios y por los hermanos, pero las tareas nos absorven de tal modo, que nos olvidamos de escuchar a Jesús, de buscar estar con Él y por eso muchas veces nos quejamos, tiramos la bronca, nos preocupamos, perdemos la paciencia.

 

La mejor parte que no será quitada, será siempre Jesús; y el buscarlo y estar con Él, será siempre la garantia para que tu servicio a Jesús en el lugar donde estás, sea fecunda, sea alegre, sea gozosa.

 

Señor, danos un corazón generoso y servicial, que siempre pueda escucharte, que se haga fecundo desde el encuentro personal y diario contigo.

 

Que tengas lindo día, Dios te bendiga

 

 

Oleada Joven