La fiesta, la música,
la chispa, el éxito,
el acierto, el afecto,
el prestigio, lo entretenido,
las pequeñas comodidades,
un rato en buena compañía,
caer bien, conocer gente,
tener amigos, algún gesto de ternura,
un buen libro, unas risas… …
todo esto, sí.
Pero hay más:
la gratitud, por tantas oportunidades,
los fracasos, que son escuela,
los errores, si nos hacen humildes,
la soledad, porque nunca es completa,
las etapas malas, que siempre terminan,
las batallas internas, porque estamos vivos,
los grandes ideales que dan sentido a las grandes entregas,
la fe, a las duras y a las maduras,
y tantas historias cotidianas en las que se gesta lo eterno.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj