¿Quién me dará descansar en Vos?
¿Quién me dará que vengas
a mi corazón y lo embriagues,
para que olvide mis maldades
y me abrace contigo, único bien mío?
¿Qué es lo que eres para mí? Apiádate de mí
para que te lo pueda decir.
¿Y qué soy yo para Vos para que me mandes
que te ame y si no lo hago
te aíres contra mí y me amenaces con
ingentes miserias?
¿Acaso es ya pequeña
la misma de no amarte?
¡Ay de mí! Dime por tus misericordias,
Señor y Dios mío, qué eres para mí.
Di a mi alma: “Yo soy tu salud.”
Que yo corra tras esta voz y te dé
alcance. No quieras esconderme tu rostro.
Muera yo para que no muera
y pueda así verle.
San Agustín