Evangelio según San Lucas 12,1-7

miércoles, 14 de octubre de
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Se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: “Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido. Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas.

 

A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién deben temer: teman a quel que, despues de matar, tiene el poder de arrojar a la Gehena. Sí, les repito, teman a ese.

 

¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros.”

 

Palabra de Dios

 

 

 


P. Matías Jurado sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

 

 

Dios nos ama. Profundamente. Y eso puede ser motivo de alegría para unos, de indiferencia para otros, y de temor para otros más. Algunos pueden sentir que tienen, para con Dios, una deuda que no pidieron. Otros se derriten frente a tanta belleza y a tanto amor.

 

En una misa, todavía me acuerdo, una chiquita levantó la mano.

– ¿Dios nos ve siempre? -preguntó-. ¿Incluso cuando nos estamos bañando?
Su mirada de Dios era equivocada. Sí, Dios nos ve siempre. Pero no de esa manera.

– ¡Papá, mamá, mirame! -se escucha en las plazas-. Esa es la mirada de Dios sobre nosotros. Padre atento, interesado, cariñoso.

 

Por eso Jesús, desde ese amor, nos invita a no ser hipócritas, a no actuar con mentira, a no engañarnos a nosotros o a los demás. Vivir para las apariencias no nos hace felices. Vivir con la careta puesta, buscando caer bien pero sintiendo que se quedan por esa careta… no nos llena el corazón.

 

Por eso Jesús nos insiste:

– ¡Sí, ustedes valen muchísimo más que los pájaros! Si Dios los cuida a cada uno de ellos, ¿cuánto más a ustedes que son sus hijos?

 

– Querido Dios, padre bueno, ayudamos a conocerte cada día un poco más. Que hoy podamos disfrutar de tu compañía, de tu mirada. Ayudanos a descansar en vos.

 

 

 

Fuente: Radio Maria Argentina

 

 

Radio Maria Argentina