Dios Padre Bueno, guíame, acompaña mi caminar hacia la felicidad plena contigo.
Estate, Señor, conmigo en el camino por donde avanzo, en los momentos de dificultad.
Porque encuentro tropiezos y me caigo, porque me asaltan los miedos y me canso,
porque me atrae una vida fácil y cómoda, sin preocuparme más que de mí.
Quiero controlar mis pasos, sentirme el dueño de mi existencia y me olvido de que estás Tú, a mi lado, tendiéndome la mano.
Quiero Señor, dejarme conducir pues sé que Tú me llevas a la plenitud, sin espejismos ni falsedades.
Hermanas Clarisas de Huesca