Luis Martin y María Azelia Guérin

lunes, 19 de octubre de

Los santos esposos Luis Martin y María Azelia Guérin vivieron el servicio cristiano en la familia, construyendo cada día un ambiente lleno de fe y de amor; y en este clima brotaron las vocaciones de las hijas, entre ellas santa Teresa del Niño Jesús, dijo el Papa Francisco en dá de sus canonizaciones.

 

El Prefecto Emérito de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal José Saraiva Martins, señaló que los nuevos santos y padres de Santa Teresa del Niño Jesús, Louis Martin y Zélie Guérin, son “dos testimonios del amor conyugal” que educaron a sus hijos sólidamente en la fe cristiana; convirtiéndose así en ejemplo para los esposos cristianos.

 

La ejemplaridad de esta pareja de esposos debe estimular a los cristianos a una cotidiana práctica de las virtudes al interior de las familias para que también los hijos “canalicen su atención hacia la fe cristiana”.

 

El Purpurado portugués precisó luego como la Iglesia “no admira solamente la santidad de la vida” de los padres de Santa Teresa sino que también “reconoce en esta pareja la santidad eminente de la institución del amor conyugal, así como la ha concebido el mismo Creador”.

“¿Cuál es el secreto de su éxito en su vida cristiana?”, cuestionó el Cardenal; y contestó: “han caminado junto a Dios en búsqueda de la voluntad del Señor” y para estar seguros de cumplir su plan han mirado siempre a la Iglesia “experta en humanidad, buscando conformarse en todos los aspectos de su vida a las enseñanzas de la Iglesia”. “Han servido primero a Dios en el pobre, no por simple generosidad, ni justicia social, sino simplemente porque el pobre es Jesús. Servir al pobre es servir a Jesús y darle a Dios lo que es Dios”, añadió.

 

Al referirse luego a los 19 años de matrimonio que compartieron, el Cardenal subrayó cómo los padres de Santa Teresa “vivieron las promesas de su matrimonio en la fidelidad más absoluta, en la conciencia de la indisolubilidad de su legado, en la búsqueda de la fecundidad de su amor, en la alegría como en el dolor, en la salud y la enfermedad” y explicó que todo esto fue un don para sus hijas. “Entre ellas, admiramos particularmente a Teresa, obra maestra de la gracia de Dios y obra maestra del amor de sus padres hacia los hijos”.

 

 

 

 

 

 

Fuente: Radio Vaticano y Aciprensa

 

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