Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
“Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.”
Palabra de Dios
P. Luis Zazano sacerdote de la Diócesis de Tucumán
“Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo”.
Que lindo!!! Imaginate en tu cabeza Una procesión interminable de Santos que están en el cielo alegres y cantando al Señor.
A lo largo del Año litúrgico, la Iglesia nos propone como modelos e intercesores a los santos. Hoy conmemoramos a todos los santos. La Iglesia reconoce sus virtudes y méritos, alaba su entrega a Cristo y a la Iglesia y pide su intercesión y ayuda. Los santos son los vencedores que provienen de la gran tribulación (1 Lect.) y han cumplido las bienaventuranzas del Reino, anunciadas por Jesús (Ev.). La clave de todo esto es sentirte hijo de Dios (2 Lect.).
Los Santos cumplen dos funciones: interceden por nosotros ante Dios y son modelos, nos recuerdan que en este mundo si se puede seguir a Jesús y cumplir las bienaventuranzas.
Ánimo que vos cuando termines esta vida te necesitamos que ayudes desde el cielo. ¡Manos a la obra!
Fuente: Radio Maria Argentina