Eva Mozes Kor, sobreviviente de Auschwitz, decidió adoptar a Rainer Hoss, nieto del comandante del campo de concentración Rudolf Hoss.
Cuando tenía 10 años, Eva Mozes fue deportada por los nazis a Auschwitz desde Rumania, junto a su hermana gemela. Una vez en el campo de exterminio, ella y su hermana terminaron en las manos de Joseph Mengele, el doctor que hacía experimentos en los prisioneros y en particular en gemelos. “Me daban hasta cinco inyecciones a la semana –cuenta Eva– inyectándome todo tipo de infecciones y enfermedades”. La supervivencia de ambas niñas fue un milagro. Eva Mozes Kor fue liberada en 1945 por el ejército ruso.
El encuentro con Rainer
En el verano de 2013, informa La Stampa, Eva se encontró en Auschwitz con una persona que la impresionó por su “extrema inteligencia”. Era Rainer, nieto del desacreditado Rudolf Hoss, condenado a la horca por los aliados en 1946 tras la caída del Tercer Reich. Rainer rompió la relación con su familia de origen en 1985, dedicándose a educar a las nuevas generaciones sobre cómo “reconocer y derrotar el mal del nazismo”.
A un año de distancia del encuentro, Eva le preguntó al nieto de su torturador si dejaba que ella lo adoptara, entonces tenía más de 80 años. Rainer aceptó. Eva le pidió que perdonara a su familia “porque sólo así podremos realmente emanciparnos del mal de Hitler”.
Candles (Velas)
Para tener viva la memoria del Holocausto, Eva fundó Candles (Velas), una asociación que reúne a niños sobrevivientes a los experimentos médicos de Auschwitz y ha logrado reunir a 122 supervivientes del método Mengele. En 1995, fundó el Kor Candle Holocaust Museum and Education Center en Terre Haute, en el estado de Indiana.
El papa Francisco nos dice “El perdón es la esencia del amor, que sabe comprender el error y poner remedio. Pobre de nosotros, si Dios no nos perdonase”. Eva Mozes Kor es ejemplo vivo de la misericordia a la que estamos llamados. Ella escribió “Doy amnistía a todos los nazis que participaron (…) en el asesinato de (…) millones de personas. Es hora de (…) sanar nuestras almas (…) de perdonar (…) No me alegra ver a ningún criminal nazi en la cárcel, ni quiero ningún daño para Josef Mengele”. Desde entonces es inmensamente más feliz.
Fuente: es.aleteia.org