Maestro Jesús, no he sido yo quien te ha elegido a Vos, has sido Vos quien me ha llamado por mi nombre, para que comparta con Vos los avatares del camino de Galilea a Jerusalén.
Me llamas a ser tu discípulo, para que donde vos estás, allí esté yo contigo, y para enviarme a predicar la conversión, y curar en tu Nombre toda enfermedad y toda dolencia, y expulsar demonios. Anunciando la buena noticia a los pobres, y a los afligidos el consuelo.
Maestro, dame fortaleza y sabiduría para renunciar a todo por vos, que yo me esfuerce por entrar por la puerta estrecha, y que lleve contigo la cruz de cada día, negándome a mi mismo para seguirte.
Jesús, tú prometiste no dejarme huérfano, yo vivo en el tiempo en que nos ha sido arrebatado el esposo, envía sobre mi tu Espíritu Santo que él me haga recordar tus palabras de vida, y me haga testigo de tu Pascua hasta los confines de la tierra.
Jesús, querido amigo, viviendo contigo, compartiendo tu vida y tu misión quiero llegar a conocerte, así cuando me mires a los ojos y me preguntes no lo que los demás dicen de ti, sino lo que yo mismo creo en mi corazón pueda decirte con Pedro: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios bendito, el Mesías que había de venir al mundo”
Amén