Evangelio según San Marcos 2, 13-17

jueves, 14 de enero de
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Jesús salió nuevamente a la orilla del mar; toda la gente acudía allí, y él les enseñaba. Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. El se levantó y lo siguió.

Mientras Jesús estaba comiendo en su casa, muchos publicanos y pecadores se sentaron a comer con él y sus discípulos; porque eran muchos los que lo seguían.

Los escribas del grupo de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a los discípulos: “¿Por qué come con publicanos y pecadores?”.

Jesús, que había oído, les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.

 

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


 

P. Juan Martinez sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba

 

 

 

Buen día Amigos de Oleada Joven al encuentro con Jesús en su Palabra como cada sábado.

Hoy gustamos en el evangelio el llamado de Mateo. Buena la escena que muestra a Jesús en movimiento tanta gente iba hasta Él destaca el relato sin embargo no le impide a Jesús tomar la iniciativa de salir y llamar.

El quinto discípulo a quien Jesús llama es un “cobrador de impuestos, un aduanero, un encargado de recaudación pública de Cafarnaúm.

Este hombre se levantó y lo siguió. Con estos dos verbos queda expresada la ruptura de Leví a su habitual estilo de vida, con su pasado de injusticia para seguir a Jesús. Al atardecer Jesús se sienta a la mesa en casa de Mateo y muchos publicanos y pecadores. El hecho de que en la comunidad estén juntos los discípulos judíos, gente sin religión, recaudadores, descreídos, pecadores considerados impuros y que están religiosamente discriminados, provoca la protesta de los maestros de la Ley, que pretenden mostrar a los discípulos lo impropio de la conducta de su Maestro.

Jesús no se deja llevar por las clasificaciones corrientes que en su época originaban la marginación de tantos hombres; y ante la reacción de los fariseos, encerrados en su autosuficiencia y convencidos de ser los perfectos, su palabra es clara y firme: “No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos porque no he venido a llamar a los “justos”, sino a los “pecadores”.

La casa de Mateo se convierte en figura de la nueva comunidad del Reino, compuesta de dos grupos: el de los discípulos, al que pertenecen los primeros llamados, que procedían del judaísmo, y el grupo de los otros seguidores, muy numerosos, que no proceden de Israel. El centro de la nueva comunidad es Jesús; su espíritu es la unión, amistad y alegría propias de un banquete.

Para el discípulo, en esta lección, queda retratado el amor misericordioso de Dios, manifestado en Cristo Jesús. Llamando a “pecadores”, a los débiles y los enfermos, Jesús revela al Dios gratuito de aquellos que no lo pueden comprar.

Gustando de esta escena de hoy pidamos al Señor el dinamismo, la sorpresa y novedad de su presencia que llama más allá de los prejuicios, el gozo del banquete de la comunidad nueva que es presencia de su Reino.

El Señor te bendiga y buen sábado.

 

 

Fuente: Radio María Argentina

 

Radio Maria Argentina