Evangelio según San Marcos 3, 31 – 35

lunes, 25 de enero de
image_pdfimage_print

Entonces llegaron su madre y sus hermanos, se quedaron afuera y lo mandaron a llamar.Como era mucha la gente sentada en torno a Jesús, le transmitieron este recado: «Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y preguntan por ti.»Él les contestó: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?»Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos.Porque todo el que hace la voluntad de Dios es hermano mío y hermana y madre.»

 

Palabra de Dios

 

 


P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Diócesis de Rosario   

 

 

 

Mientras contemplamos el camino de Jesús, sus opciones, elecciones, gestos y palabras, descubrimos que algunos lo siguen y otros paradojicamente, los más religiosos, ponen en duda su obrar, murmuran o hasta atribuyen su poder a estar poseído, como escuchamos ayer en la Palabra.

 

Hoy acabamos de escuchar el relato en el cual el Señor se encuentra reunido con aquellos que se disponen y quieren escucharlo, es en este contexto donde le avisan que su madre y sus hermanos lo buscan, ante lo cual Jesús responde de un modo aparentemente ingrato pero que en realidad es un gesto de lo más elocuente, para mostrar el Reino de Dios.

 

Dice la Palabra, que Jesús, mirando a los que estaban a su alrededor añadio: El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.

 

Madre y hermanos de Jesús pueden llegar a ser todos los que están cerca de jesús, porque ser parte de la Familia de Jesús no es una cuestión de sangre ni de merito, sino de gracia, cumplir la voluntad de Dios, que nos hace capaces de ser hijos de Dios.

 

Por medio del bautismo, Dios nos hace hijos, nos hace parte de su familia, tenemos su apellido, nosotros manifestamos y respondemos a este don del Padre, cumpliendo su voluntad, es decir haciéndonos parecidos a Jesús, viviendo su estilo de vida, siguiendo sus huellas, teniendo sus mismos gestos y opciones y haciéndonos de este modo parte de su familia, verdaderamente hijos de Dios.

 

¿Mis gestos, mi vida, mis opciones, mis actitudes manifiestan que soy hijo de Dios, hermano de Jesús? ¿Cuáles son esos gestos y opciones?

 

Señor Jesús, te reconocemos, vos siempre estas entre nosotros. Queremos buscarte, escucharte, conocerte, seguirte, queremos servirte, viviendo tu vida, siguiendo tus huellas, entregando la vida con generosidad, el servicio, en el compromiso concreto y diario en nuestro lugar, anunciando tu reino que transforma y reune, descubriéndonos hermanos.

 

Que tengas lindo día, Dios te bendiga.

 

 

Radio Maria Argentina