Evangelio según San Lucas 5, 1-11

martes, 2 de febrero de
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En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret.Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes.

 

Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Navega mar adentro, y echen las redes”.

 

Simón le respondió: “Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes”.Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse.

 

Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: “Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador”.

 

El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: “No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres”.

 

Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.

 

Palabra de Dios

 

 

 


P. Luis Zazano sacerdote de la Diócesis de Tucumán

 

 

Dios escoge y envía, hoy tres lecturas y tres personajes: tres elecciones y tres vocaciones. Hay dos cosas que tenemos que rescatar: una experiencia divina y sentirse pecadores.

1) Isaias: estando en el templo experimenta su profunda incapacidad e indignidad ante la grandeza y santidad de Dios que se le aparece llenando la tierra. Dios lo purifica y envía a ser presencia y palabra suya entre los hombres.

2) Pedro: siente su indignidad ante la grandeza de Jesús dominador de la naturaleza y recibe el envío y transforma su vida.

3) Pablo: de perseguidor pasa a ser anunciador del evangelio. Experimentó en su vida una gran transformación interior.

Vos también estás llamado, no te sientas indigno sentite mimado por Dios, querido; porque todo pecador tiene un futuro y todo santo un pasado. Buen domingo.

 

Fuente: Radio Maria Argentina

 

 

Radio Maria Argentina