«Tres veces pedí al Señor que me librara, pero él me respondío ” Te basta mi gracia porque mi poder triunfa en la debilidad” . Más bien me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mi el poder de Cristo. Por eso me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil , entonces soy fuerte» (2 Cor 12,8-10)
Hace unos 6 años recibí el regalo más hermoso que alguien puede recibir , encontrarme con Jesús. Y ese encuentro único no solo me animaba a un cambio radical de mi vida, si no de las ganas de que sean muchos los que se encuentren con Él, porque esa alegría y esperanza que tenia mi corazón no solo era gratis, sino que además era para todos!
Tuve (y tengo la Gracia) de que él me haya pensado en una comunidad parroquial que el día de hoy es como mi familia, y esa Parroquia se convirtió mi segunda casa. No sólo pude aumentar mi amor por Él en la Eucaristía, sino también en mis hermanos. Ni hablar cuando fui descubriendo que María era también mi mamá y que me abrazaba con el mismo amor y la misma mirada que la mamá que Dios me dió acá en la tierra.
Sin embargo, este último año y medio las cosas de todos los ámbitos de mi vida se fueron desmoronando, desde mi trabajo, mis estudios, mi familia, mi servicio, todo! Sin ir más lejos en esta última semana perdí a una de las personas más importantes de mi vida , alguien a quién amé muchisimo… pero les quiero contar algo: Saben qué fue lo único que no se vino abajo? LA CONFIANZA EN EL AMOR QUE DIOS ME TIENE.
Hoy me doy cuenta que este tiempo dificil, este tiempo lleno de pruebas, de fracasos, de lágrimas y de porqués el único que no permitió que tirara la toalla, el único que me da la fuerza para mirarme al espejo y decir “yo puedo!” es él. Y no solo a través de su palabrade su amor consumado en la Eucarisía y el consuelo de noches enteras en oración, sino que me abraza a través de mis hermanos de comunidad que me ayudan a rezar cuando a mi no me sale nada, a través de la música, a través de mensajes , de llamadas, de e-mails, de artículos de Oleada, de amigas que me llevan a rezar el Rosario, de la sonrisa de mi hermanito , de la gente que me devuelve una sonrisa en la calle….
A qué quiero llegar con esto? Que en este momento donde más golpes tengo encima, donde más debil me siento, donde más siento ganas de pensar que él no me ama tanto o que me dejó sola, es cuando él más insiste en decirme ¡Te amo! ¡Acá estoy! ¡No te rindas!
Cuando esta serie de eventos desafortunados comenzó, recuerdo que le pedía a Dios que me saque ese dolor de mi corazón, le pedía por favor que sane mi corazón y que borre con todo su poder ese dolor (que ahora que lo pienso ese primero fue un golpecito, apenas un raspón) y en una de esas Misas proclamaron esa lectura que puse ahí mas arriba, donde Pablo dice que le pidió tres veces que lo librara y me acuerdo de que el sacerdote de mi Parro dijo “y Dios dijo lo que menos nos gusta escuchar : NO” pero lo que más me impacto es algo que hoy arde en mi corazón, que es que él se hace fuerte en mi debilidad. Hoy es lo que siento y de lo que mi mente y corazón son testigos: de que en estos momentos donde yo no doy más el me dá la fortaleza para seguir, para no rendirme, para vivir con alegría este dolor.
Por eso te invito a vos, que quizás estes sintiendo que la vida te golpea, o si conocés a alguien que esté pasando algo parecido, a que le puedas asegurar que Dios está con el/ella! Que Dios lo está acompañando en este dolor, que Dios por algo lo hace, que Él esta haciendo eso en mi y que seguramente lo va a hacer a con el/ella.
Por último les cuento que esa imagen que elegí para esta nota, me emociona mucho. Así es como siempre me sentí cuando pienso en mi relación con Dios… Qué mejor lugar que en su abrazo?