Queremos ser
mensajeros de tu Palabra; danos valentía para llevarla por todos los rincones de nuestra sociedad, Señor.
Queremos ser sembradores de tu Esperanza; danos perseverancia para no bajar los brazos y empezar cada día como si fuera el primer día de labranza.
Queremos ser anunciadores de Buenas Nuevas; danos alegría para contagiar a otros la gratuidad de tu amor.
Queremos ser una mano tendida al otro; danos compasión para sentir con tu espíritu y actuar con tu compromiso.
Queremos ser constructores de comunidad; danos comprensión para escuchar, para fortalecer relaciones, para unir a las personas.
Queremos ser peregrinos de tus caminos; estar siempre en movimiento, sin instalarnos, sedientos siempre de búsqueda y de encuentro.
Muéstranos el horizonte, mantén vivas las utopías, ayúdanos a seguir adelante.
Queremos ser tus testigos, Señor de la Historia; queremos mostrar con nuestra vida que Tú estás en medio de nosotros. Danos la fe a toda prueba de tantos que, a diario y sin primeras planas, hacen santo tu nombre porque hacen presente en este mundo al Dios-con-nosotros, con vida, testimonio y ejemplo de hermanos-de-todos.
Marcelo A. Murúa