Evangelio según San Mateo 23,1-12

martes, 23 de febrero de
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Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
“Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen.

 

Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos;  les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,  ser saludados en las plazas y oírse llamar ‘mi maestro’ por la gente.

 

En cuanto a ustedes, no se hagan llamar ‘maestro’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen ‘padre’, porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco ‘doctores’, porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado”.

 

Mt  23,1-12

 


 

P. Cristian Salomón  Sacerdote de la Arquidiócesis de Rosario 

 

 

Buen día, buen día, espero hayas comenzado lindo este tiempo de renovación interior. Hoy Jesús en su Palabra nos dice por un lado quienes y como son los fariseos y luego deja a sus discípulos consejos claros de como deben ser quienes quieren seguir sus huellas.

 

Dice Jesús: los fariseos atan pesadas cargas y difíciles de llevar, pero ellos no quieren moverlas nisiquiera con un dedo, todo lo hacen para que lo vean.

 

Cuantas veces podrian llamarnos fariseos, cuantas veces somos expertos en decir lo que los demás tienen que hacer y en el como y sin embargo nosotros no hacemos nada, cuantas veces exigimos que el otro obre de tal o cual manera, sin mirarnos primero nosotros, sin exigirnos nada; cuantas veces incluso, somos Cristianos solo para la selfie…para mostrarnos.

 

Necesitamos renovarnos en Jesús, contemplando su vida y entrega, escuchando su Palabra. Sabiéndonos heridos, reconociéndonos necesitados de sanación, queremos, en este tiempo, renovar nuestro obrar y corazón, poniéndonos al servicio de los demás, aunque nadie lo sepa, ni nadie nos vea, queriendo ser servidores de verdad, discipulos enamorados de Jesús que quieren vivir todo por amor a Él y teniendo sus mismos sentimientos: humildad, entrega generosa, misericordia.

 

Señor, en este tiempo de gracia, queremos renovar tu amor en nosotros, haciéndonos parecidos a vos, discipulos renovados en tu amor, por eso te pedimos que nos des un corazón semejante al tuyo, compasivo y humilde, servicial y misericordioso.

 

Que tengas lindo día, Dios te bendiga

 

Oleada Joven