Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: “Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres”.
Ellos le respondieron: “Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: ‘Ustedes serán libres’?”. Jesús les respondió: “Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado.
El esclavo no permanece para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece para siempre. Por eso, si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres.
Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra en ustedes. Yo digo lo que he visto junto a mi Padre, y ustedes hacen lo que han aprendido de su padre”.
Ellos le replicaron: “Nuestro padre es Abraham”. Y Jesús les dijo: “Si ustedes fueran hijos de Abraham obrarían como él. Pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso.
Pero ustedes obran como su padre”. Ellos le dijeron: “Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios”. Jesús prosiguió: “Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de él. No he venido por mí mismo, sino que él me envió.
Palabra de Dios
Monseñor Santiago Olivera Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje
El evangelio que hoy tenemos para refexionar, podriamos decir para confrontarlo con nuestra vida, nos relata la enseñanza de Jesús a ls judíos que creyeron en Él, invitándolos a la permanencia fiel. Si está esa permanencia, conocerán la verdad y serán libres. Dos temas muy importantes, a que podriamos agregar el de la filiación, el ser hijos.
En este texto uno rescata como centro que la fe heredada no es suficiente para la verdadera libertad ni para una filiación legítima, para ser hijos de verdad. Para ser libres de verdad hay que ser fiel a su Palabra, porque Él es la verdad. La verdad libera y la mentira esclaviza. Más de una vez, en todos nosotros podremos experimentar, que asumir la verdad auqnue es mucho más doloroso nos da más paz, nos hace libres y alegres. Abraham, a quien se refiere, nos representa la libertad y un corazón que responde incondicionalmente a Dios. Por lo tanto ser hijo auténtico de Abraham, lo que nos hace verdaderamente libres, es lo que intentamos vivir su fe e imitar sus actitudes. Este texto del evangelio nos invita a vivir la libertad en una sociedad que intenta esclavizar. Muchas veces podemos ver lo que nos propone la televisión, el mundo, la vida… a veces una vida “mas facil”, con relaciones fugaces no permanentes, o con drogas, con juegos y fantasia, y eso descubrir que no es realmente la felicidad ni la auténtica libertad, sino que todo lo contrario estamos como enredados.
Un desafío para el joven de hoy que quiere vivir de la fe, es ser fieles a la palabras de Jesús. Ser libres y siempre ser libres exige esfuerzo y valentía, pero eso sin duda da verdadero gozo. Uno descubre en los santos, y concretamente en los mártires que nos dan testimonio de lo que es la auténtica libertad.
Vamos a pedirle al Señor que realmente nos ayude a ser verdaderos hijos suyos y a tener una fe que se encarna en gestos, actitudes y criterios. Que Dios nos bendiga.
Fuente: Radio Maria Argentina