Evangelio según San Mateo 26,14-25

lunes, 21 de marzo de
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Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: “¿Cuánto me darán si se lo entrego?”. Y resolvieron darle treinta monedas de plata.

 

Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión favorable para entregarlo. El primer día de los Acimos, los discípulos fueron a preguntar a Jesús: “¿Dónde quieres que te preparemos la comida pascual?”.

 

El respondió: “Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: ‘El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos'”. Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua.

 

Al atardecer, estaba a la mesa con los Doce y, mientras comían, Jesús les dijo: “Les aseguro que uno de ustedes me entregará”.

 

Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por uno: “¿Seré yo, Señor?”. El respondió: “El que acaba de servirse de la misma fuente que yo, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!”.

 

Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó: “¿Seré yo, Maestro?”. “Tú lo has dicho”, le respondió Jesús.

 

 

Palabra de Dios

 

 


 

Monseñor Santiago Olivera Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje

 

 

 

Estamos a las puertas de la Semana Santa, de la Semana Mayor y son días estos para contemplar desde el amor de Dios hecho visible en Jesús, porque sabemos que Jesús es el “Dios con nosotros”, es el rostro humano de Dios. Son días para contemplar el gran amor que nos ha tenido, un amor que se entregó hasta el extremo, se entregó hasta el fin.

 

Podemos contemplar en este texto como el amor ofrecido es traicionado, por uno a quien el eligió, a quien había invitado a formar parte de sus amigos, a quien miraba siempre con cariño como lo hacia Jesús, con afecto, y vemos que a la traición Jesús responde con la entrega, con la ofrenda gratuita de su vida, como lo vemos en el relato de la Cena.

 

Conmueve este texto, el amigo que no es tan amigo como vemos, negocia la vida y el amor por unas pocas monedas, a veces pienso como habrá sido el corazón, el sentimiento de Jesús, su humanidad frente a esta realidad. Conmueve escuchar: -Les aseguro que alguno de ustedes me entregará-.

 

También lo que habrá sido el corazón de los discípulos, no?. ¿Por qué?, se preguntan ellos: -¿Seré yo Señor?. Y podemos descubrir con esta pregunta que la posibilidad de la traición siempre está en todos, es posible que se nos de en todos nosotros, es una dura realidad que podemos vivir y que por lo tanto necesito estar atento para no ser aquellos que nos traicionamos en las pequeñas cosas. Muchas veces por menos de 30 monedas de plata cambiamos a Jesús, seguimos nuestros caminos, caprichos, criterios, las propuestas del mundo. Nosotros tenemos que estar firmes y ser fieles.

 

Vamos a pedirles al Señor que nos ayude en este Miércoles Santo que nos mete ya en la Semana Mayor como una reflexión del corazón, de vida: ¿En donde estamos? ¿En donde nos situamos? ¿Cuál es nuestra fidelidad? ¿Cuál es nuestra permanencia con Él para poder ser aquellos que los seguimos y lo seguimos hasta la cruz?.

 

Que Dios los bendiga. Feliz Semana Santa para todos.

 

Radio Maria Argentina