Ante ti, cruz, aprendo lo que el
mundo me esconde: que la vida, sin sacrificio,
no tiene valor y que la sabiduría,
sin tu ciencia, es incompleta
Eres,cruz, un libro en el que siempre
se encuentra una sólida respuesta.
Eres fortaleza que invita a seguir
adelante a sacar pecho ante situaciones
inciertas y a ofrecer, el hombro y el rostro,
por una humanidad mendiga y necesitada de amor.
Ahí te vemos, Cristo, abierto en tu costado
y derramando, hasta el último instante,
sangre de tu sangre hasta la última gota
para que nunca a este mundo que vivimos
nos falte una transfusión de tu gracia un
hálito de tu ternura de tu presencia una palabra
que nos incite a levantar nuestra cabeza hacia lo alto.
En ti,cruz, contemplamos la humildad
en extremo la obediencia y el silencio
confiado la fortaleza y la paciencia del Siervo
doliente la comprensión de Aquel que
es incomprendido el perdón de Aquel que es ajusticiado.
En ti, cruz, el misterio es iluminado aunque,
en ti, Jesús siga siendo un misterio.
Amén