“Señor dame tu mano y apoya en mí tu madero.Deja que sostenga hoy tu amor tan verdaderocon la ayuda de tu gracia, mas no con mi propio esfuerzo.Que la fuerza de tu amor que me miró primerograbe en mi la misión de ser “ladero”de todos los que sufren y aún dicen “espero”.Así, cuando estemos ya en la Cruz, y cuerpo a cuerpo,pueda decirte: “Señor, acuérdate de mí, allí en tu Reino”.
Javier Albisu sj