Evangelio segun San Juan 9, 1.6-9.13-17.34-38

sábado, 2 de abril de
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En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un ciego de nacimiento. Escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, se lo puso en los ojos al ciego, y le dijo: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé» (que significa “Enviado”). 
El fue, se lavó y volvió con vista. Y los vecinos y los que lo habían visto antes pidiendo limosna, comentaban:
«¿No es ése el que se sentaba a pedir limosna?» Unos decían: «Sí, es el mismo». Otros, en cambio, negaban que se trataba del mismo y decían: «No es él, sino uno que se le parece». Pero el ciego decía: 
«Soy yo».
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego, pues en un sábado Jesús hizo lodo con su saliva y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. El les contestó: «Me puso lodo en los ojos, me lavé y veo».
Algunos de los fariseos comentaban: «Este hombre no puede venir de Dios, porque no respeta el sábado». Otros replicaban: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?» Y estaban divididos, y volvieron a preguntarle al ciego:«Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?» El contestó: «Que es un profeta».
Le replicaron:  «¿ Es que pretendes darnos lecciones a nosotros, tú que estás lleno de pecado desde que naciste?» Y lo expulsaron. Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: «¿Crees en el hijo del hombre?» El ciego preguntó: «Y quién es, Señor, para que crea en El?» Jesús le dijo: «Lo estás viendo: es el que está hablando contigo». Entonces el hombre dijo: «Creo, Señor». Y se postró ante Jesús.

Palabra de Dios

 


 

P. Gonzalo Bearzzi  Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de San Francisco

 

     En estos días asistíamos a uno de los conciertos de música más grande de estos años. Más allá de gustos o preferencias las emociones y sensaciones a flor de piel en el inicio del primero de los tres conciertos en el marco de la gira "U2-360 grados Tour"; los primeros temas desataron el delirio de las más de 50 mil almas reunidas en el lugar.

Muchos, hoy, y a lo largo de la historia, desde distintos lugares de anuncio, reclaman al mundo la justicia, el orden social, la amistad y la unidad del género humano. Unos desde el arte, otros desde la tecnología y siempre desde el corazón humano movido por el espíritu profético. Aquellos nuevos profetas suplican al mundo por una vida más equitativa, casi similar a la excentricidad de los profetas desde lo testamentario. A 360 grados se levanta como un signo de mirada universal. Una vez más, de modo explícito o no, no lo sabemos, el mundo y especialmente desde este único escenario DE 360 grados, el mundo joven, recibe el reclamo de ser constructores sociales y activamente comprometidos en un futuro, y por qué no en un presente más humano.
 
 
Una vez más, a ustedes jóvenes cristianos, la luz de Cristo los ah iluminado, no sólo para una prioridad mental de contenidos de fe, o una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona que da un nuevo horizonte a la vida, este encuentro es luz y se llama Jesucristo, que está vivo y resucitado. Una luz que marca la vida entera y revive nuestros anhelos y proyectos.
 
 
“¿Quién es el Señor para que crea en Él?”, preguntaba el ciego del evangelio. Jesús le dijo: “Tú lo has visto, es el que te está hablando”. Entonces el exclamó: “¡Creo Señor!”, y se postró ante Él. “¿Quién eres Señor para que crea en vos?” Muchos hoy se preguntan. Sólo desde la experiencia personal de encuentro con el Señor y el acompañamiento de las comunidades espirituales comprometidas en la maduración de la fe de sus miembros, otros pueden decir: “Creo Señor” y, reconocer las grandes cosas que ah hecho en su vida. Aquella experiencia es lo que nos anima a decir: “¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?”
 
Ante los ataques, burlas y ateísmos que están de moda; con el canto y el arte, con la música y el servicio, con una vida activamente comprometida con el quehacer solidario, decirle a los que atentan con estructuras viejas: “¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?”
Una vez más te suplicamos Señor:
                                                                                                                                                      “¡Señor que vean!
                                                                                                                                                              "¡ Señor que vean!"
                                                                                                                                                              ¡Señor que crean!”

 

    

 

 

 

 

 

 

 

 

Oleada Joven