Extracto de la Carta de Cecilia misionera de Punto Corazón en la Fazenda, Brasil.
“Una vez que nos hallamos decididos, realicemos eso a lo que hemos dado nuestro Sí”
Hace una semana cumplí mi primer mes en la Fazenda, en la misión que Dios me regala para vivir en este momento de mi vida. Fue un mes de adaptación, de conocimiento de los tiempos y horarios, de las actividades y del idioma que con la ayuda de todos va tomando ritmo. Y así voy aprendiendo un poco de todo, y poco a poco.
Comencé a conocer y a visitar los poblados donde hacemos los apostolados la mayoría de las tardes durante la semana. Visitamos los hogares de los amigos que nos reciben en Passagem, Menino Jesús, Canta Galo, Colonia, y Coroa da Lagoa en Simões Filho donde también visitamos un orfanato y donde hay un Punto Corazón. Son poblados cercanos a la Fazenda que recorremos a pie pero debemos llegar en auto porque quedan pasando la ruta o saliendo a la misma.
Muchas personas nos abren sus puertas y sus corazones para acogernos y brindarnos su afecto, un buen “suco” (jugo) natural de mango, de maracuyá o de alguna otra fruta recién cortada de su patio, un café dulce…o un copo (vaso) de agua fresca.
Siento como la frase del comienzo, desde que sentí el llamado de Dios de vivir esta misión y me hallé decidida a vivirla, estoy realmente realizando mi SI a mi misión de vida, ese SI al amor de Dios. Pasan los días y lo vivo más y más, está dentro de mí como si fuera un fuego en mi corazón. Es difícil poner en palabras lo que siento en mi corazón, pero estoy segura de que cada uno de ustedes sabe de lo que estoy hablando, saben lo que estoy viviendo.