Te adoro devotamente, oculta Deidad,
que bajo estas sagradas especies te ocultas verdaderamente:
A ti mi corazón totalmente se somete,
pues al contemplarte, se siente desfallecer por completo.
La vista, el tacto, el gusto, son aquí falaces,
sólo con el oído se llega a tener fe segura:
Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios:
nada más verdadero que esta palabra de Verdad.
Amén