El apostolado de la amistad

miércoles, 1 de junio de
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“Mi apostolado debe ser el de la bondad. Viéndome, deben decirse: “puesto que este hombre es tan bueno, su religión debe ser buena”… Quisiera ser lo bastante bueno para que se diga: “si el servidor es así, ¿cómo será pues su señor?” (Diario –1909).

“Hacerme todo a todos: reír con los que ríen, llorar con los que lloran para llevarlos a Jesús. Ponerme al alcance de todos, para atraerlos todos a Jesús.” (Diario – 1909).

“Estoy aquí no para convertir a los Tuaregs, sino para tratar de comprenderlos.” (Citado por Lehureaux: En el Sahara con el P. de Foucauld, p. 115). “No hay que hablarles [a los Tuaregs] directamente de Nuestro Señor; eso sería hacerles huir. Hay que darles confianza, hacerse amigo de ellos, prestarles pequeños servicios, trabar amistad con ellos.”

(Carta a Marie de Bondy, 6 de feb. 1905)

 

 

Ser apóstoles, llamado universal

“Es cierto que al lado de los sacerdotes hacen falta Priscilas y Aquilas [matrimonio amigo y colaboradores de Pablo en Corintio: Hch 18, 18-19; Rom. 16, 3] viendo todo lo que el sacerdote no ve, yendo adonde él no puede ir, acercándose a aquellos que le huyen, evangelizando por medio de un contacto bienhechor, una bondad desbordante que inunde a todos…

La caridad que es el fondo de la religión… obliga a todo cristiano a amar al prójimo, es decir a todo ser humano, como a uno mismo. ¡Todo cristiano debe pues ser apóstol! Esto no es un consejo, es un mandamiento, el mandamiento de la caridad.

Los laicos deben ser apóstoles hacia todos aquellos a los que pueden alcanzar: sus próximos y sus amigos en primer lugar, pero no ellos solos; la caridad no tiene nada de estrecho, ella abraza a todos aquellos que abraza el corazón de Jesús. …

¿A través de quiénes podrán llegar tan lejos y con qué medios? … A través de todos aquellos con quienes están en contacto, sin hacer excepción, por medio de la bondad, la ternura, el afecto fraterno, el ejemplo de la virtud. 

Con algunos esto se vivirá sin decirles jamás una palabra sobre Dios, o la religión, teniendo paciencia con ellos al igual que Dios es paciente, siendo bueno como Dios es bueno, siendo un tierno hermano y rezando.

Con otros, hablando de Dios en la medida en que ellos puedan comprenderlo… Sobre todo, viendo en todo ser humano a un hermano… ver en todo humano a un hijo de Dios.”

Hermano Carlos de Foucauld

Carta a Joseph Hours [laico de Lyon], 3 mayo 1912)