Con tu libertad, mi Libertad
Encarcelarán mis días, pero no mis noches para soñar. Oscurecerán mis ojos, pero no mi interior claridad. Censurarán mis palabras, pero no los ecos de mi pensar.
Exiliarán mis ideas, pero no mi pasión de verdad. Amurallarán mis horizontes, pero no mi mirada de azul celestial. Tabicarán mis labios, pero no mi placer de besar.
Helarán mis labios, pero no mis latidos para amar. Cercenarán mis sonrisas, pero no mi raíz de felicidad. Silenciarán mi religión, pero no de mi Dios el palpitar. Matarán mi cuerpo, pero no mi alma inmortal.
Como el arroyo quiere ser río, como el río llega a la mar, como el mar hacerse cielo. Así tú, mi Dios, ampararás siempre, siempre, siempre, con tu libertad, mi libertad.
Padre Mateo Bautista