Señor Dios, Vos siempre sos fiel, justo y recto, y nosotros con frecuencia somos rebeldes, traidores, ingratos y necios.
Sin embargo, tu reaccionas con bondad.
Como me conmueve que mi comunidad sea para vos como la niña de tus ojos. ¡Cuánto nos amas, mi Dios!
Traigo en mi corazón la tristeza de haberte rechazado, al preferir el egoísmo y los éxitos.
Ante ti quiero reconocerlo en nombre de todos.
Gracias, porque con misericordia nos corregís.
En los momentos de crecimiento, nos llenamos de miedo y pensamos que nos abandonás.
Aumentá nuestra fe y nuestra fidelidad ante vos.
Vos sos nuestra Roca, en vos está nuestra fuerza. Salvanos, Señor, de elegir lo que nos aleja de vos.
Hacenos volver al camino tuyo, tantas veces como sea necesario.
Señor Dios mío, vos haces justicia con misericordia. Mi comunidad se alegra por tu perdón.
Los enemigos se quedan sin fuerza. ¡Tú eres nuestro Dios! Amén!
(Biblia de los Jóvenes, oración a partir del cántico de Moisés Dt.32,1-43)