“Padre, quiero ser niña ante Vos.
Abandonarme sin miedo entre
tus manos sabiendo que Vos conducís mi vida.
Soy pequeña y débil.
Me equivoco y caigo una y mil veces,
pero Vos me querés así,
tal como soy y me sonríes.
Me cuidas y me proteges.
Cada día me sorprendes con regalos
que a veces ni percibo con mi ajetreo.
Confío y sé que me sostenés
¿Por qué me preocupo si
Vos te encargas de todo?
Padre, te entrego el timón de mi vida,
conduce mi barca aquí en la tierra”.
Adaptación de “oración de quién se siente pequeño ante Dios”
Fuente: Aleteia