“Sentí que Dios escogió a este niño para que lo cuidáramos”

viernes, 1 de julio de

Adam Paulraj nació en un hospital crsitiano y misionero, con las piernas unidas, sin párpados, sin nariz y sin manos, a causa de un raro trastorno genético que se conoce como síndrome de Bartsocas-Papas. Sus padres biológicos a causa de esto su decidieron abandonarlo o matarlo. Pero una pareja que trabajaba en el hospital donde se encontraba, Raja y Jessica Paulraj, decidió adoptarlo.

 

Ocurrió en el Burrows Memorial Christian Hospital de la ciudad india de Silchar hace casi cinco años.

 

“Cuando conocimos a Adam fue muy inesperado para mí pero desde el comienzo sentí que Dios escogió a este niño para que lo cuidáramos”, recuerda Jessica.

 

La familia se mudó a Carolina del Norte para poder atender mejor al pequeño. El médico John Val Aalst, que le operó del paladar, asegura que “si Adam se hubiera quedado en India, hoy no estaría con vida”.

 

Personal médico, conocidos y desconocidos colaboraron generosamente en la atención médica del niño. En sólo una semana se recaudaron cien mil dólares y muchas personas se unieron y oraron.

 

“He orado, mi familia ha orado, Jessica y Raja han orado”, explica a CBN Val Aalst, y añade: “¿Será perfecto? Sí, ya es perfecto. ¿Alguna vez será normal según los estándares del mundo? Nunca”.

 

Al nacer los médicos le daban sólo unos meses de vida, Adam vivió casi 5 años rodeado del amor de sus padres adoptivos y de miles de personas que supieron ver en él un brote de esperanza.

 

Adam falleció el 12 de junio de 2016 a causa de una enfermedad pulmonar : adenovirus pnemounia.

 

Jessica, su madre adotiva, en su blog escribió:

 

“A pesar de sus limitaciones físicas, la vida de Adam bendijo a muchas personas. Queremos continuar para que esa bendición llegue a muchos otros chicos como Adam. En lugar de flores para su funeral seran bienvenidas las donaciones para proyectos para chicos discapacitados en India.”

 

A continuación compartimos un video sobre la historia de Adam y su familia

 

 

 

Fuente: Aleteia

 

Oleada Joven