Evangelio segun San Juan 10, 31-42

jueves, 14 de abril de
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Los judíos tomaron piedras para apedrearlo. Entonces Jesús dijo: "Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿Por cuál de ellas me quieren apedrear?". Los judíos le respondieron: "No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios". Jesús les respondió: "¿No está escrito en la Ley: Yo dije: Ustedes son dioses? Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada- ¿Cómo dicen: 'Tú blasfemas', a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: "Yo soy Hijo de Dios"? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre".
Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos.  Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí. Muchos fueron a verlo, y la gente decía: "Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad". Y en ese lugar muchos creyeron en él.

Palabra de Dios


 

Monseñor Baldomero Martini  Obispo de la Diócesis de San Justo

 

 

Queridos jóvenes, tu que estas escuchando en este momento, ya estamos a las puertas de la semana santa y estamos para entrar no solo en Jerusalén como entro un día Jesús sino para entrar en el corazón de Jesús y vivir sus mas profundos sentimientos; esos sentimientos de quien vivió con sentido la vida hasta la muerte y muerte de cruz, y se jugo hasta dar la vida por ti y por mi.

 

Por eso dice San Pablo y esto tiene que ser como un convencimiento que nos perdure siempre: “Cristo me amo a mí y se entrego a la muerte por mi”; este convencimiento tiene que estar arraigado en mi corazón cristiano.

 

Mi hermano joven hay que pasar por la cruz para madurar el amor que realiza. Para tener una intima experiencia con Cristo, el Evangelio de hoy nos muestra la presencia junto a la cruz de María, la mujer por excelencia, y es ella la que llevó al apóstol joven y que nos represento a todos como el discípulo amado.

 

Por eso yo te invito a que te dejes llevar por ella para entrar en el misterio de la pascua, en el misterio del amor. Déjate llenar de sus sentimientos por que ella es la Mujer fuerte y esta allí junto a la cruz de pie como un cáliz vacío para dejarse llenar por la sangre redentora de su hijo, esa sangre derramada por muchos.

 

Cuando tenemos el corazón lleno de nuestro yo endiosado, porque lo hemos dejado engordar demasiado, no hay lugar para Jesús, por eso nos es dada María porque El es su hijo y ella como madre fue entregada para cuidar de nuestro pobre corazón, para que en el reine Jesús, y El sea el centro de toda nuestra vida y de sus dimensiones, que todo tenga su fuente en El y en El todo culmine. Todas nuestras relaciones sean iluminadas por ese centro maravilloso y luminoso que es Jesús en el corazón; “el que come mi carne permanece en mi y yo en el”.

 

La Virgen, ella la madre cuida de nuestra santidad y de nuestra pureza de vida. En estos tiempos en que todo da igual, se confunde lo bueno con lo malo, lo malo con lo bueno: y ella nos educa para saber integrar nuestras debilidades en la pascua de Jesús y así nuestro caos interior encuentre en el corazón de Jesús y de la Virgen la armonía y la belleza de la misericordia.

 

Que haga de nosotros hombres nuevos, reconciliados y reconciliadores, que sepamos dar perdón y saber pedir perdón a Dios en el sacramento de la reconciliación; tambien dar perdón a nuestros hermanos y saber pedir perdón cuando herimos a los demás, especialmente a tus padres, amigos, compañeros de trabajo, aquellos que buscan tu bien tambien.

 

Por eso yo te pido que dereguemos por una pascua que nos haga a ti y a mi encontrar dentro la paz que es Jesús, porque Cristo es nuestra paz y El derribó los muros que nos dividen.Te pido que a la Virgen la recibas como el discípulo, tuya y que te dejes modelar por su ternura y amor, nada se guarda para si, en ella todo es para Cristo.

 

Que la virgen te acompañe y ayude, Amen.

 

 

Oleada Joven