¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno! ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera.
Palabra de Dios
P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Diócesis de Rosario
Seguimos escuchando en estos días los ayes de Jesús contra los fariseos y los hipocritas. Los ayes de Jesús, son expresiones que manifiestan desacuerdo, denuncia ante una realidad que se distancia mucho de lo que quiere Dios y más aún cuando estos comportamientos y acciones se manifiestan en personas que se quieren mostrar como profundamente religiosas.
Hoy Jesús les reprende a los escribas y fariseos que se cuidan de pagar los impuestos del hinojo y del comino, pero descuidan lo más importante que es la justicia y la misericordia….dejando en claro, que hay que cuidar las dos cosas para no ser guias ciegos…asi como también, los llama hipocritas por cuidar sólo el exterior, cuando por dentro están llenos de codicia y desenfreno.
El señor es duro con la hipocrecia, con aquellos que quieren mostrar algo que en realidad no son o no viven, siendo incluso muy duro con los demás. El Papa Francisco, nos decia: “…el fariseo se complace de la propia observancia de los preceptos. Sin embargo, su actitud y sus palabras están muy lejos de la manera en la que Dios habla y actúa….y tambien: “…Si Dios prefiere la humildad no es para envilecernos: la humildad es más bien la condición necesaria para ser levantados por él, para experimentar la misericordia que viene a colmar nuestros vacíos…”
La Palabra de Jesús también nos habla a nosotros hoy, que en muchas ocasiones somos muy duros con nuestros hermanos en el juzgar y en el comentar sin mirarnos nosotros mismos, la Palabra también hoy a nosotros nos llama a la conversión, porque muchas veces cumpliendo y siendo aparentemente muy buenos Cristianos, no reconocemos que interiormente estamos muy cargados de codicia, de desenfreno, de envidias, y cuantas cosas más…que necesitan, purificarse, que necesitan misericordia.
Creo que la clave para reconocernos transparentes será nuestra mirada y vida misericordiosa…cuando podes mirar y comprender misericordiosamente la realidad y vida del hermano, de los demás, es porque seguramente, no sólo experimentaste la misericordia de Dios, sin porque también, sos conciente de que siempre necesitarás de ella.
Jesús nos regale y nos siga formando un corazón siempre necesitado de Él, que pueda vivir todo lo que implica ser cristiano, sin aparentar y siendo misericordioso con los demás.
Que tengas lindo día, Dios te bendiga