Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola: “Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: ‘Déjale el sitio’, y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate más’, y así quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado”.
Después dijo al que lo había invitado: “Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!”.
Palabra de Dios
P. Raúl Gomez sacerdote de la Diócesis de Mendoza, Párroco de la Parroquia Santa Rosa de Lima
Nos encontramos en el Domingo XXII del tiempo ordinario, del tiempo común, y hoy celebramos a San Agustín Obispo y Doctor de la Iglesia. Y también en nuestra Nación Argentina se celebra el día de la Infancia y Adolescencia misionera.
El Evangelio que hoy meditamos y contemplamos es el Evangelio de Lucas. En este Evangelio vemos claramente cómo Jesús va a comer con uno de los principales fariseos y al compartir con ellos descubre esta situación, esta escena: ve como los invitados buscan los primeros lugares, los primeros puestos y entonces, añade una parábola:
Dice Jesús: “Si te invitan a un banquete de Bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte ‘Déjale el sitio’, y así, lleno de vergüenza tengas que ponerte de pie en el último lugar. Al contrario, cuando te inviten colócate lejos para que cuando venga el dueño de la fiesta te ubique en los primeros lugares.”
¿Qué significa para nosotros como creyentes, como cristianos este Evangelio, esta Palabra? Significa que debemos estar atentos más que nada a servir al Señor sobre todas las cosas y no buscar los primeros puestos, no buscar los reconocimientos de los hombres, sino como dice Pablo “En todo agradar al Señor, para que nuestra gloria sea el Señor”. Pero para eso necesitamos trabajar, necesitamos rezar, necesitamos buscar constantemente al Señor y aprender de Él, ya que Él siendo Rey se hizo pobre, se hizo esclavo, se hizo siervo por amor a cada uno de nosotros. Y nos dio su máxima expresión de amor y ejemplo desde ese momento de entrega en la noche de la última cena, en donde Él mismo se ciñó a la cintura una toalla y comenzó a lavar los pies de los discípulos. Ése es el legado que nos ha dejado el Señor, ésa es la herencia que hemos recibido del Señor: ser servidores, buscar en todo al Señor, buscar los últimos puestos, los últimos lugares, para que realmente podamos aspirar a la recompensa de la resurrección de los justos, ya que ésa es la invitación que nos hace el Señor. Y también añade: “Cuando des una cena, un almuerzo, no invites a tus amigos, a tus hermanos, a tus parientes o a los vecinos ricos que pueden devolverte la invitación, y así tú recibirás esa recompensa; sino que al contrario, cuando des un banquete invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. Feliz de ti porque ellos no tendrán cómo retribuirte y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos”. ¿Qué significa esto? Dar sin esperar nada a cambio. Va a decir también san Pablo “Hay más alegría en dar que en recibir”. Lo que hemos recibido gratuitamente debemos darlo gratuitamente, esa es la invitación que nos hace el Señor: ser verdaderos servidores, no buscar el aplauso de los hombres, porque pasan, pero lo que permanece es la Gracia, la Presencia, la Bondad y el Amor de Dios. Pidámosle al Señor en este día que realmente no busquemos los primeros puestos, esa es una gran tentación que podemos tener los creyentes, los cristianos: el reconocimiento; sino que busquemos en todo agradar al Señor.
Que tengas una linda semana. Que el Señor sea tu luz y guía a lo largo del camino de la fe sobre todo que ante todo busquemos y busques ser siempre servidor. Que tengas un hermoso día.