“Joven, a tí te digo, levántate”
Lo que le dijiste a aquel joven,
me resuena en el corazón hoy a mí.
Necesito levantarme de tantos lados,
del cansancio y del aburrimiento,
de las oscuridades del dolor,
y de los ambientes que me impiden crecer.
“Levántate y anda”…
como si pudiera hacerlo por mí misma.
Me invitás a levantarme
sabiendo que sólo Vos podés ponerme de pie.
Quizás solo quieras que te lo pida.
Levantame Señor,
y ayudame a levantar a otros,
con sencillez, con mi alegría,
con mi deseo de crecer conforme a tu Voluntad,
de caminar tus caminos,
de llegar a ser eso que seguís soñando para mi vida.
Levantame y levantá a tantos,
con los que comparto la vida,
a cada uno de los que hoy me cruce en el camino,
y los que están en mi corazón.
Amén
De nuestra redacción
Milagros Rodón