Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos”. El les dijo entonces: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino; danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación”.
Palabra de Dios
Padre Pablo Osow sacerdote de la Arquidiócesis de La Plata
Queridos hermanos de Oleada Joven y de Radio María, que hermoso es tener este espacio para meditar la palabra cotidianamente.
Hoy Jesús nos enseña a rezar; yo los invito a que le repitamos el pedido de los discípulos: “Enséñanos a rezar” ya que Cristo rezaba y por lo tanto era maestro de oración, sobre todo ante las grandes decisiones de su vida el Maestro se retiraba a la montanña a rezar y a veces se quedaba toda la noche rezando.
Él nos dejó algunas claves para rezar mejor, por ejemplo: no rezar con muchas palabras porque el Padre ya sabe lo que nosostros necesitamos antes de que se lo digamos, rezar insistentemente como el amigo inoportuno, rezar como si ya hubiéramos recibido lo que hemos pedido, rezar de acuerdo a lo que sentimos como Él, que le pide a Dios que aparte de sí mismo ese cáliz de la cruz que iba a pasar pero abandonándonos a la voluntad del Padre: “Que se haga Tu voluntad y no la mía”. Rezar con confianza porque el que nos está escuchadno es un Padre, un padre Bueno y “si ustedes que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos cuanto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo”.
Es ese Espiritu que recibimos dice la carta a los Romanos y que nos hace llamar a Dios Abbá, Padre. Es el Espíritu del Padre Nuestro. Dios es Padre, no es jefe, ni gerente, ni comerciante, no es un militar ,no es un ideologo, no es un politico sino Padre. Y todo otro rasgo humano que podamos reconocer en Dios lo tenemos que enmarcar en esta definición fundamental de Jesús: Dios es Padre, es Abbá
Yo los invito a que contestemos al Padre Nuestro, que hagamos nuestra propia oración en este año de la misericordia de acuerdo a lo que escuachasmo en el Padre Nuestro, por ejemplo:
Hermano mío, que estás acá en el mundo conmigo
El Padre te puso acá como un gran regalo.
Honremos, santifiquemos, el nombnre del Padre
haciendo realidad su sueño de un mundo de hermanos.
Ese es Su reino, hagamos reinar el amor en todos
nuestros vínculos querido hermano.
Que en la tierra vivamos el cielo acercándonos
sobre todo al más débil, al más pobre
al enfermo, al preso, al desnudo, al hambirento
Compartamos el pan hermano, los regalos que
ecológicamente el Padre nos ha regalado
para que seamos felices.
Perdonemos de corazón porqiue somos humanos
pero también somos hermanos.
Ayudame hermano a no caer en la tentación
de ver en vos a un desconocido, a un enemigo
a un competidor, a un superior o a un inferior
porque somos hermanos.
Saquemos el mal progresivamente de
nuestras vidas, de nuestro mundo,
de nuestro país, de nuestros ambientes.
Yo creo, yo creo que sos hermanos
y lo creo porque tenemos un Padre
un Padre Nuestro.
Amén