Evangelio según San Lucas 13, 18-21

lunes, 24 de octubre de
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Jesús dijo entonces: “¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas”. Dijo también: “¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa”.

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 

 

¿A que se parece el Reino de Dios, a que se parece esta nueva realidad inaugurada por Jesús? Asi comienza la Palabra de este día. Se parece a un grano de mostaza que crece, se parece a la levadura que fermenta la masa, termina respondiendo.

 

Esta nueva realidad de la cual formamos parte, tiene su inicio en el sueño y el Corazón de nuestro Padre Dios, haciéndose realidad y visible en el tiempo, en la vida y Palabra del mismo Jesús.

 

Esta nueva realidad, este Reino de Dios, sigue creciendo y haciendose visible en nuestra vida, en nuestro tiempo, en nuestras comunidades, en todas las realidades en las cuales se decide seguir las huellas de Jesús, optar por Él.

 

De esta Parabolas del Señor, aprendemos a valorar , aprender y reconocer que la vida de Jesús, su reino, en lo personal y comunitario va creciendo silenciosa y hasta a veces ocultamente, no es algo que podemos alcanzar y producir sólo a partir de ciertas acciones o palabras, sino que es una realidad que va fecundando, que va creciendo y que necesita de Fe y paciencia.

 

Cuanto nos cuesta a veces confiar y ser pacientes con los procesos de Dios en nuestra vida y en nuestras comunidades, queremos cambiar ya, queremos y deseamos que todo se transforme ya, exigiendole incluso al Señor cambios magicos e inmediatos.

 

Sin embargo, El Señor es amigo de los procesos de crecimiento, es amigo de la fecundidad, de ir transformando y haciendo fecunda tu vida, tu corazón, tu comunidad, desde lo pequeño, desde lo oculto, desde el silencio.

 

¿Cuantas veces por no ser paciente ni con vos,ni con los demás, ni con Dios, te desanimas, te enojas, claudicas? ¿Cuántas veces te desilusionas por no confiar en los procesos propios de la persona o comunidades?

 

Para que el Reino de Dios siga creciendo como la semilla de mostaza o fermentando como la levadura en tu vida, en tu comunidad, en la sociedad, necesitas, Fe en este Dios que siempre amasa Vida, ser buena semilla y levadura dispuesta para que Dios obre, paciencia y serenidad para esperar el crecimiento y la fecundidad.

 

Que el Señor te regale un corazon confiado y paciente. Que Tengas lindo día. Dios te bendiga.

 

 

 

Radio Maria Argentina