Evangelio segun San Mateo 28, 1-10

sábado, 23 de abril de
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Transcurrido el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un gran temblor, porque el ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, hizo rodar la piedra que lo tapaba y se sentó encima de ella. Su rostro brillaba como el relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: «No teman. Ya sé que buscan a Jesús, el crucificado. No está aquí; ha resucitado, como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde lo habían puesto. Y ahora, vayan de prisa a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de ustedes a Galilea; allá lo verán”. Eso es todo».

Ellas se alejaron a toda prisa del sepulcro y, llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. Pero de repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron. Entonces les dijo Jesús:«No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán».
Palabra de Dios

 
Monseñor Daniel Fernandez  Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Paraná
 
En este día sábado santo la iglesia aguarda junto al sepulcro la resurrección del Señor, no se celebra la eucaristía hasta la noche, en que la solemne vigila pascual nos devuelve a Jesús resucitado como vida y salvación de todos los hombres. Pero antes somos invitados a penetrar junto con Jesús en este misterio de la muerte.
Jesús es sepultado, desciende a los infiernos decimos en el Credo, es decir se hunde en ese misterio de la muerte a la que todos estamos sometidos, se hunde allí pero para destruir la muerte, con la vida nueva, de la resurrección.Si el grano de trigo que cae en tierra, no muere no pueda dar frutos, nos había dicho el mismo Señor. ÉL es el grano de trigo que se hundió en el abismo de la muerte, para dar frutos de vida eterna, para todos nosotros.
El cuerpo de Jesús reposa, en el abismo de la muerte, el mundo mientras tanto esta asumido en la oscuridad de la noche, del sin sentido, todo esta como expectante junto al sepulcro de Jesús, todo es silencio, todo espera. La iglesia esta en este día en vela, en vela junto a la tumba que encierra el cuerpo de nuestro amado Señor Jesús.
Yo me pregunto como habrá estado María aguardando este sábado, en cumplimiento de la promesa de su hijo, con que dolor y con que esperanza a la vez. Porque no nos ponemos también hoy, todos nosotros junto al sepulcro de Jesús, para contemplar y esperar. Contemplar hasta donde fue capaz el Señor Jesús de amarnos, Él dice San Juan:”Que había amado a los suyo que estaban en el mundo, los amo hasta el extremo “
Queridos jóvenes, queridos hermanos, ustedes y yo, cada uno de nosotros, cada hombre hemos sido amados hasta el extremo por Dios. Por eso nadie tiene justo derecho de cuestionar a Dios, dudando o preguntándole por su amor. Vos y yo cuanto ante alguna angustia o algún dolor, nos preguntemos por el amor de Dios, nos preguntemos si Dios nos ama de verdad, miremos la cruz, miremos a Cristo que yace en el sepulcro, miremos hasta donde…hasta que extremo Dios nos ha amado y así vamos a entender.
Queridos hermanos la iglesia nos invita hoy a quedarnos en silencio, contemplando el misterio del infinito amor de Dios, por cada uno de nosotros y esperando que se cumpla su promesa de llenar nuestra vida con su gracia y con la certeza que la esperanza, de que así como morimos con él , también resucitaremos con él para vivir siempre con Dios.
Les deseo una muy Feliz Pascuas de Resurrección con la bendición de: Dios Todopoderoso del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén!

 

Oleada Joven