En un nuevo comenzar…

lunes, 25 de abril de
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Señor del tiempo y de la vida:

Gracias por esta nueva oportunidad

de «empezar y seguir» preguntando,

buscando, aprendiendo, construyendo…

Para que algo sea nuevo quiero pedirte

que mi mirada gane en hondura y detalle,
para que vea más claramente el

discurrir de mis días  junto a mis compañeros,

amigos y la humanidad entera  como

una travesía hacia el crecimiento,

la entrega, el amor y la lucha por un

mundo más humano y más justo para todos.

Hazme caminar consciente y atento

a todos los lugares y personas

con los que me iré cruzando en

este tiempo, y que conozca, por experiencia,

qué bellos son los pies del mensajero

que anuncia tu Buena Noticia.

Quítame el miedo a los cambios y a

las preguntas que me oprimen el corazón y la mente

para que los acoja serenamente

y aprenda a vivir con ellos

hasta el día en que sea posible

una decisión, una respuesta.

Que dé la bienvenida con una sonrisa

a todos los que me ofrezcan su mano

y sepa crear con ellos una red de acogida,

de presencia, de implicación y solidaridad

de modo que cada nombre y

cada historia me sean importantes.

Que reciba como un regalo tuyo

personal  cada una de las cosas

creadas y sepa disfrutarlas,

pero también cuidarlas y

compartirlas no sólo con los míos.


Que el manantial de la ternura y

la compasión, que brotan de tus

entrañas de misericordia,

manen sin cesar dentro de mí, día y noche
y comprenda y acoja los gozos y

las lágrimas de cada uno de

tus hijos, mis hermanos.

Que cada mañana despierte

sereno y con ganas,

con la acción de gracias en mis

labios y en mi corazón y que

mis palabras y mis hechos,

pequeños o grandes, proclamen

que todo es gracia, oportunidad y don.

Que mi espíritu esté abierto para

descubrir lo que de mí quieres en cada momento

y que mi oración sea un tiempo de amor y de vida,
de sabiduría y docilidad a tu Palabra

y a tus palabras de valentía y fortaleza,

de generosidad y reconciliación de paz

y de permitirte sembrar en mí mil inquietudes,

que me hagan madurar como persona

y mejorar el pequeño rincón

de la tierra en el que me has puesto.

 


Te ofrezco todas las horas de

este nuevo comenzar, para que,

como levadura evangélica,

sin miedos ni falsas excusas,
sea capaz de fermentar este mundo

en tu Nombre, haciéndolo nuevo, tierno, ¡más tuyo!

Y que tú me salgas continuamente al

encuentro con tu bendición,

siendo mi Roca, mi Fuerza,

mi Consuelo y mi Apoyo…
aunque yo me olvidara de ti y

guárdame de todo mal.

Amén.

 

 

Enrique Martínez, cmf

Maria Carolina Chahin