Quiero colocar a tus pies, todo mi caminar
para que las cosas que haga de aquí en adelante, estén iluminadas por tu voluntad, a fin de que pueda cumplir con la misión para la cual me regalaste la vida.
Quiero consagrarte mis pensamientos, mi intelecto, mi cuerpo, mí espíritu, mi alma y todo mi ser, para en todo momento actúe iluminado por la gracia de tu Espíritu Santo y pueda tomar las mejores decisiones conforme a tu voluntad.
Te pido me regales la fuerza
para perseverar en tu camino y que no apartes de mi tu rostro.
Amén.