Evangelio según San Lucas 10,21-24

jueves, 24 de noviembre de
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En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron llenos de gozo y dijeron a Jesús: “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre”.

 

El les dijo: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos.No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo”.

 

En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.

 

Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.

 

Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: “¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!”.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

Buen día amigos de radio maría hoy el señor viene a nuestro encuentro otra vez. En el pasaje del evangelio que acabamos de escuchar, reclamado de alguna manera la escucha, amistad profunda con él.
Hoy vemos en este pasaje como los discípulos se alegran, porque los espíritus del mal se someten cuando invocan el nombre del maestro y se sienten grandes y poderosos, por la acción de Dios en ellos.
Pero Jesús les advierte que no pongan su mayor alegría en este poder que han recibido sino, en el fuerte arraigo del amor del padre.
La alegría es un tema típico en el evangelio de Lucas, desde la anunciación hasta la pascua, atravesando distintos pasajes, viendo cómo se estremece el gozo en Dios su salvador, por ejemplo en María.
Pero aquí es Jesús el que se llena hoy de alegría, no una alegría mundana, una euforia, meramente humana sino el gozo que procede del espíritu santo, el motivo de la alegría de Jesús, es muy particular. Jesús se alegraba contemplando como los pequeños y sencillos recibían la buena noticia y cantaban los misterios más profundos del amor del padre.
Y Jesús se alegra porque es su padre el que se manifiesta a los sencillos con las cosas que parecen ocultas para los sabios del mundo.
Todo el evangelio de Lucas es también un testimonio constante de esta predilección del padre, también de Jesús por los pequeños, los olvidados, los despreciados, pero que albergan en su sencillez un tesoro vivido.
A querido Dios que la providencia también nos señale este evangelio, al celebrar hoy a San Francisco de Asís, cuanto tiene de vida… su vida, el pasaje que hoy acabamos de escuchar.
Francisco amigo de Dios en el despojo no se aferra a los logros más legítimos, se alegra sino más bien con los sencillos. Y es capaz de alabar al padre en todas circunstancias
Te deseo que el señor te bendiga en este día y que Francisco de Asís interceda para que haga vida en nuestras vidas, el mensaje de Dios que nos regala en su palabra.

 

Radio Maria Argentina