Señor, te estamos esperando… Con una mezcla de esperanza, impaciencia, inquietud e ilusión, pero a la vez teñido de un cierto miedo, a que todo siga igual, a que nada cambie en nuestras vidas.
Seguimos necesitando encontrarte, descubrir dónde vivis, en qué lugares te escondés, dónde buscarte cuando creemos perderte.
Pero a la vez sabemos que vos nos buscás en todo momento, que buscás las mil y un maneras para salir a nuestro encuentro. Danos tus ojos para poder verte, danos oidos de discípulos para poder escucharte y seguirte.
Danos corazón de niños para seguir admirándonos de tus caminos, de tus maneras, de tus modos… Danos un corazón sencillo para poder albergarte… vos elegiste un lugar pobre, retirado, humilde y oscuro para nacer.
Hoy queres nacer en nuestro corazón, queremos ser dóciles para que vos vayas formándonos como quieras.
De nuestra redacción
Milagros Rodón