Evangelio según San Juan 3,1-8

domingo, 1 de mayo de
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Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo: "Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él." Jesús le contestó: "Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios." Nicodemo le pregunta: "¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?" Jesús le contestó: "Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu."

 

Palabra de Dios


 

Padre Maximiliano Turri   Asesor Pastoral Juvenil de la Diócesis de Chascomús – Prov de Buenos Aires

 

“Fue de noche” Así dice el evangelio de hoy. Nicodemo tiene miedo y por eso su corazón esta como el momento del día donde va a buscar a Jesús. Nicodemo necesita “pasar” por la experiencia de la tumba, de la muerte.  Cuando Jesús le dice: “el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios” le está mostrando que es necesario volver a empezar desde Dios mismo la vida que poseía. La invitación a vivir la PASCUA. El paso de Dios por la vida oscura y confusa de Nicodemo le permite vivir de una manera totalmente nueva. Una vida en Dios que lo abre a nuevos horizontes, a nuevas perspectivas, a la Vida del Reino.


Así nos dice a nosotros: “ustedes tienen que renacer de la alto”. Vivir en la Vida que Dios nos alcanzó con su Resurrección. Vivir y “beber” de esta Vida es dejarse trasformar por Dios que, desde el Bautismo que recibimos, quiere compartir con cada uno su presencia. Nacer en la Vida de Dios. Volver a comenzar, empezar de nuevo. Dejarse trasformar. Dejarlo a Dios que me “haga otra vez”.
¿A cuantas situaciones, historias y heridas le pediríamos a Jesucristo que nos “haga de nuevo”? ¿Cuánto hay en mi vida que necesita empezar otra vez? ¿Cuántas situaciones de mi vida son “de noche”, como iba Nicodemo?


¡Felices los que se refugian en ti, Señor! dice el Salmo 2 que hoy se proclama en la Misa. Felices si sabemos encontrar en Él, solamente en Él, la fuerza que necesitamos cada día para empezar de nuevo. Para recomenzar de donde estamos, para enfrentar eso que hoy te hace “estar de noche”. Miremos al Resucitado, pongamos los miedos e incertidumbres en sus manos. Confiemos en Él, dejemos que Él nos trasforme y con Él podamos vivir la Vida que Su Pascua nos alcanzó.


¡Hermoso lunes para vos! 

 

Oleada Joven