Amor infinito

miércoles, 18 de enero de
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     Jesús, cuando contemplo el don de tu sangre,

me gozo de su inestimable valor,

porque una sola gota hubiera sido suficiente

para salvar a todos los pecadores.

 

Aunque el pecado sea un abismo de mal y de ingratitud,

el precio que has pagado por nosotros es sin medida

–y es por ello que cada alma puede confiar en la Pasión del Señor y poner toda su esperanza en su misericordia-.

 

Dios no negará a nadie su misericordia.

El cielo y la tierra pueden cambiar,

pero la misericordia del Señor jamás se agotará (cf Mt 24,35).

Oh, cómo arde de gozo mi corazón cuando veo, oh mi Jesús,

tu inconcebible bondad.

Deseo hacer llegar a todos los pecadores a tus pies

para que alaben tu amor infinito por siglos sin fin.

 

Oleada Joven