Nunca te sientas indigno de Dios…

martes, 24 de enero de
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Jacob era pícaro. Pedro tenía carácter fuerte. David era un adulterino. Noé se emborrachó. Jonás era esquivo. Pablo era asesino. Miriam era una murmuradora. Marta era impaciente. Tomás era dubitativo. Juan Bautista era escandaloso. María Magdalena era desesperada. Sara era ansiosa. Zaqueo era chiquito. Moisés era tartamudo. Abraham era anciano. Lázaro era moribundo. La mujer de Cleofás era una vieja. Juana de Cusa era enferma. Rebeca era sobreprotectora. Judá era envidioso. Ruth era extranjera. Noemí era afligida. Santiago el Mayor era avasallante. Salomé de Zebedeo era pretenciosa. Juan el Apóstol era el joven mimado. Nicodemo era reflexivo. José de Arimatea era osado. Ezequiel era mudo. Jeremías era de corazón quebrantado. José era presuntuoso. Salomón era mujeriego. Zacarías era resignado. La Virgen María era pobre.

 

Dios no mira a quien elige. No llama a los calificados sino califica a los llamados.

 

Exequiel Dominguez