El gozo necesita cuidado

lunes, 30 de enero de

El gozo se define con frecuencia como una emoción positiva que resulta del bienestar, del éxito, de la buena fortuna o de poseer lo que uno desea. Dadas las circunstancias mundiales actuales, el gozo definido así puede considerarse inalcanzable para muchas personas.

 

Desde una perspectiva psico-espiritual, el gozo procede de un lugar más profundo dentro de nosotros y puede entenderse mejor como el resultado de una serie de elecciones conscientes por nuestra parte. El gozo no depende de circunstancias externas específicas,  o de una cierta evolución de las situaciones; tampoco depende de la presencia o comportamiento de una persona particular. El gozo, un don disponible en cada momento de nuestras vidas, requiere, sin embargo, cuidarlo.

Algunos elementos que nos proporcionan gozo:

 

  • Vivir en el presente porque es imposible experimentar gozo en el pasado o en el futuro.
  • Abandonarnos a lo que es. La aceptación nos permite relajarnos y ser capaces de ver mejor los pasos siguientes.
  • Practicar la gratitud al apreciar los dones de cada día.
  • Promover la simplicidad y una vida ordenada nos permite sentir reverencia en las tareas de cada día.
  • La comunión auténtica con uno mismo, con otros y con Dios nos ayuda a experimentar el gozo que procede de relacionarse de forma adulta, recíproca e íntima.
  • Finalmente, crear una vida auténtica para nosotros mismos y posibilitar a los otros hacer lo mismo. Aprender a parar, escuchar y considerar nuestras propias necesidades y deseos así como los de otras personas, y aprender a equilibrar las expectativas propias y las que tenemos sobre otros. Tomar el tiempo para reflexionar sobre lo que está funcionando bien y lo que no, nos ayudará a liberarnos y elegir lo que aporta sanación y crecimiento a nuestras vidas.

 

Fuente: pastoralrscj.blogspot.com.ar

 

 

Oleada Joven