Querido Dios, En este día que me regalas,
vengo a tus pies para entregarte
todo lo soy y todo lo que tengo.
Tú lo conoces todo;
desde mis pensamientos más ocultos,
mis deseos y mis proyectos.
A ti quiero entregar mi vida entera,
a ti quiero entregar mi corazón,
a ti quiero entregar mi yo.
Ese yo que muchas veces antepone
su carnalidad a tu llamado,
ese yo que en ocasiones le
cuesta ser humilde y
manso de corazón.
Hoy delante de tu presencia,
entrego mi yo y con él
todas mis debilidades,
todas mis preocupaciones
y todas mis angustias.
Pero también te entrego oh Dios,
lo mejor de mi, que sea agradable
a tus ojos y llegue a tus pies
como una fresca adoración.
Mi ser te pertenece y a ti lo entrego;
moldea, sana y restaura esta vieja vasija,
hazla como quieras.
A ti me entrego Señor…