Poda
Nos poda el Padre, eso dices Tu.
Podas a los que dan fruto, para que den más.
Nos podan los amigos, el grupo, la comunidad,
a través de las revelaciones claras y fraternales,
a través de la ayuda, la crítica y la experiencia.
Nos podan cuando ponen en crisis
nuestro estilo de vida y escala de valores,
cuando nos hacen afrontar las incoherencias
y zonas oscuras de nuestro ser.
Algunos se podan a sí mismos para dar más fruto,
saben decir no a ciertas cosas.
La mayoría de las podas vienen sin buscarlas.
Las trae la vida cuando menos lo esperas,
son podas involuntarias, imprevistas,
a veces duras y dolorosas,
y no siempre las aceptamos como algo positivo.
Involuntaria o voluntaria, a tiempo o a destiempo
asumida o rechazada
la poda es el secreto de las personas que se han hecho fuertes,
de los hombres y mujeres que dan fruto,
de quienes tienen Vida.
¡Podanos Señor!,
¡podame Señor!
Florentino Ulibarri