Señor, ante Ti tienes a un alma
que se halla en este mundo
para experimentar tu maravillosa
misericordia y mostrarla
resplandeciente ante el cielo y la tierra.
Te den gloria también los otros
demostrando con su fidelidad y
su constancia cuan potente es tu gracia
y cuan afable y generoso eres
con quienes te son fieles; en cuanto a mí,
te daré gloria dando a conocer a
todos lo bueno que eres con los pecadores.
Diré a todos que tu misericordia
está muy por encima de cualquier
malicia humana y que ninguna
maldad tendrá poder de cansarla;
que ninguna recaída, por vergonzosa
y grave que sea, deberá llevar al pecador
a desesperar de tu perdón.
SI, amoroso Redentor,
te he ofendido gravemente,
pero te ultrajaría todavía más
si pensara que no eres tan bueno
como para concederme el perdón. ‘
Tu enemigo y enemigo mío cada día
me tiende nuevos lazos;
podrá llevarme a perderlo todo,
pero no la esperanza en tu misericordia.
Aunque recayera cien veces y
mis culpas fuesen cien veces
más terribles de lo que son,
seguiría esperando en Ti.
Amén
San Claudio Colombiere