Evangelio segun San Lucas 24, 13-35

sábado, 7 de mayo de
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El mismo día de la resurrección, iban dos discípulos a un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús se acercó y comenzó a caminar con ellos. Pero sus ojos estaban velados y no lo reconocieron. El les preguntó: «¿De qué vienen hablando por el camino?» Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?» El les preguntó: 


«¿Qué ha pasado?» Ellos le respondieron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y todo el pueblo; cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel.Y ya ves, hace tres días que sucedió esto. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y vinieron contando que habían visto unos ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres; pero a El no le vieron». Entonces Jesús les dijo:  «¡Qué insensatos y duros de corazón son para creer lo anunciado por los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y comenzando por Moisés y siguiendo con los profetas les explicó los pasajes de la Escritura que se referían a él.

Ya cerca del pueblo donde iban él hizo ademán de seguir adelante, pero ellos le insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto oscurecerá».  Y entró para quedarse con ellos. Sentados a la mesa, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. 

Ellos comentaron: «¡Con razón nuestro corazón ardía mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!» Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».  Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
 
Palabra de Dios
 

 
P. Ariel Weimann  Asesor de la Pastoral Juvenil de Corrientes
 
 

En este domingo compartimos el evangelio que habla sobre los discípulos de Emús, allí Jesús se encuentra con los discípulos de Emús, les explica las escrituras y arte con ellos el pan. En una palabra, les celebra Misa.
Jesús, con sus discípulos realiza esto: siempre les explica las escrituras y parte con ellos el pan. Que es lo que nosotros, mas de 2000 años después, hacemos. Incluso en el evangelio dice, el primer día de la semana. El primer día de la semana, es el día domingo y por lo tanto, nosotros, después de 2000 años, también el domingo celebramos la Misa, en donde también explicamos las escrituras y partimos con ellos el pan.
 
Hay dos cosas que me parece bueno destacar, por un lado con la visión de Jesús, toda la historia de la salvación cobra sentido, todo el antiguo testamento cobra sentido, por eso, los discípulos de Emús, en la medida en que Jesús les iba explicando todo lo que se refería a él en el antiguo testamento, iba cobrando un nuevo sentido.
 
Cuando nosotros nos convertimos en discípulos y nos acercamos a Su palabra, nos acercamos a la Misa, toda nuestra historia personal cobra sentido, toda nuestra vida cobra sentido, hasta tal punto que si nosotros miramos nuestra historia, nada ocurre sin que Dios lo quiera o lo permita. Qué lindo seria que podamos mirar nuestra historia  personal, desde las cosas más lindas hasta las cosas más feas, dolorosas, y podamos decir: “todo esto tiene un sentido, todo esto tiene un para qué”. Justamente si nosotros nos acercamos a Jesús, al encuentro de Su palabra y de la fracción del pan, ahí encontraremos el sentido de nuestra vida también, de nuestra historia de vida.
 
Y por otro lado, es una condición para un discípulo escuchar las escrituras y partir con Él el pan, nosotros somos cristianos, seguidores de Cristo, y por lo tanto también para nosotros es muy importante y es fundamental explicar las escrituras y partir el pan, es fundamental para nosotros participar de la fracción del pan, sino estaríamos siendo incoherentes.  En general todos, y especialmente los jóvenes rechazamos la incoherencia. Los que son incoherentes o hipócritas, nos provocan repulsión. Si nosotros nos llamamos cristianos, seguidores de Cristo, discípulos y no compartimos la Palabra y la fracción del pan, estaremos siendo aquello mismo que aborrecemos de los demás, estaríamos siendo nosotros también hipócritas.
 
Y para finalizar les cuento un cuentito, que deja un mensaje, una enseñanza:
 
"Había una vez un enamorado, Cupido le ha clavado una flecha en el corazón. Hace dos días que no ve a su amada. La extraña muchísmo. Y entonces, decide escribirle una carta y le pone: “Amada mía, te quiero tanto, sos tan importante en mi vida, sos tan especial. Yo por vos haría cualquier cosa, yo por vos cruzaría el rio Paraná a nado si se que vas a estar en la otra orilla. Sería capaz de trepar el cerro más alto, si se que vas a estar en la cima. Sería capaz de tirarme del trampolín más alto, tan solo para impresionarte. Y hasta sería capaz de cantarte una serenata, por más que haga el ridículo delante de todos tus vecinos. Porque por vos, mi amor, sería capaz de cualquier cosa. Bueno mi amor, nos vemos mañana si no llueve.”
 
Bueno al final, este novio, prometía y prometía un montón de cosas y después no era capaz de mojarse para ver a su amada. Que no nos suceda a nosotros, que no nos llamemos cristianos y nos llenemos la boca de que somos cristianos, jóvenes cristianos, seguidores de Cristo, y después no cumplimos lo mínimo indispensable, porque estaríamos siendo incoherentes.
Ojalá que esta Palabra de este domingo, nos ayude a ser un poquito más coherentes, con nuestra propia vida de cristiano y hasta nos ayude a encontrarle el sentido a nuestra historia de vida personal. Que ojalá así sea.


 
 

 

 

 

Oleada Joven